martes, 4 de abril de 2023

Cuento Breve


Ruido blanco.

Abrir los ojos fue un acto de valentía, impulsado por el dolor que sentía en todo el cuerpo, no sabía dónde estaba, era un lugar de un blanco nunca antes visto, con pisos y escaleras mecánicas que daban la ilusión de ser un perfecto laberinto. El joven caminó para ver donde podía conseguir una salida hasta que una chica llegó a su rescate.

—¿Te encuentras bien? —ante una pequeña afirmativa la chica siguió hablando—. Ven, te voy a mostrar el lugar para que lo disfrutes, puede parecer engañoso, ten cuidado, ni bien entras por lo que parece ser la entrada principal ya estás en el segundo piso, pero si entras por la puerta que tiene el estacionamiento cerca, es el primer piso. ¡Pero no lo confundas con el estacionamiento del subsuelo, te llevan a pisos diferentes!

Dicho eso, le agarra del brazo y empieza a hablar, muy dulce y amena, pero sin dar tiempo a pensar en todo lo que dijo y en las incoherencias sobre la construcción de ese lugar tan extraño. La chica le muestra todo el lugar y lo lleva por lo que dice ser sus "lugares favoritos", pero entre tanta blancura no le es posible retener mucha información. Entre tantas cosas habla sobre su vida, dice que no sabe cómo llegó ahí, que ya es un hogar para ella, pero se alegra de tener a otra persona con la que pueda pasar el rato, siempre está a la espera de una nueva persona que aparezca para hacerle compañía.

Siendo solo dos personas en ese lugar tan extraño, se apoyaban mutuamente entre tanto desconocimiento, pero hoy había cambiado algo, el joven quería darle una sorpresa a Lidia -así se llamaba la muchacha- encontrando una salida de ese recinto. Buscó, hasta que finalmente se le ocurrió ir por el estacionamiento, sin saber cuál era en específico, pero se decantó por la vista de algo que no había visto antes: finalmente un color grisáceo. Eso debía significar que podían irse de ahí, pensó, ya no había más del mismo blanco enfermizo. Lo único que le importaba al joven era poder volver para decirle a Lidia que había encontrado una salida, hasta que siente un fuerte golpe que lo deja inmóvil del shock y escucha una voz decir:

—¿Por qué todos tratan de escapar? Esta vez traté de que disfrutaras, pero no te recomendaría seguir con esa actitud, ya deberías recordar lo que sucedió con los demás— escuchó el joven hasta que todo quedó en negro nuevamente.


1 comentario:

Cuento sobre algo prohibido

El peso.  En un pequeño pueblo rodeado de bosques espesos y colinas suaves, vivía Elena, una mujer aparentemente amable y querida por todos....