Un paseo por la 47a Edición de la Feria del Libro.
La feria del Libro es un evento que ningún ávido lector se debería perder -si es que tiene la posibilidad de asistir-, no sólo por las actividades que realizan o por los descuentos; es una buena oportunidad para descubrir nuevos libros, y este año se presentó la 47a Edición, en La Rural.
Asistí el último día y a las últimas horas, saliendo del trabajo y "volando" hacia la feria, para poder recorrerla con tiempo suficiente. A unas cuadras de La Rural, entre el frío de la noche, ya se sentía el ambiente literario, muchas personas con bolsas que tenían el nombre de diversas editoriales; sus libros recién adquiridos y próximos a ser recordados u olvidados, dependiendo de su suerte.
Al entrar, uno llega directamente al pabellón Ocre, lleno de libros que, según interpreto, cuentan sobre la cultura y tradiciones de cada provincia de la Argentina. Saliendo de ahí para llegar a los próximos pabellones, se recorre un túnel con fotos conmemorando los 40 años de democracia, cada foto tenía su respectiva descripción para poder poner en contexto a las personas curiosas.
A decir verdad, no sé en cuál pabellón entré, con el simple hecho de poder ver los diversos stands con libros me sentía satisfecha. Supongo yo que habré entrado en el pabellón azul. Esta distinción de pabellones es muy útil en caso de querer realizar alguna actividad de las que ofrecen, tal vez ver a algún autor, pero siendo ya tarde y el último día, no esperaba que hubiese actividades.
Los puestos de las editoriales eran imponentes, con diversos títulos listos para vender y publicitar, con promociones y descuentos para fomentar la compra. Otros puestos -de editoriales independientes, productos varios, etc.- tampoco pasaban desapercibidos, listos para darse a conocer dentro del mundo de los lectores, aprovechando la oportunidad de la feria, pero notablemente con menos personas dentro de los mismos.
A pesar de que la lectura es algo común, sigue siendo sorprendente ver a tantas personas en un solo lugar movidas por la literatura, un bondadoso arte que lleva muchísimos años en vigor. Tantas personas en un solo lugar en búsqueda de su próxima lectura, los conocimientos a adquirir o diversos mundos en los que ingresar.
Se veían personas felices, saliendo con amigos o familia. De hecho, yo fui en compañía de mi papá, quien se mostró encantado en acompañarme en esta linda actividad y nos tomamos juntos una foto en una cabina ubicada al costado de la Editorial V&R, que pasaría a verse dibujada por el estilo de Alice Oseman, autora de la novela gráfica "Heartstopper" que ha sido reconocida mundialmente y últimamente siendo tendencia entre los jóvenes por su adaptación a una serie de la plataforma de Streaming "Netflix".
Cerca de las 22hs -hora en que terminaba la feria-, empezaron a hacer una cuenta regresiva hasta que finalmente llegó la hora de cierre y se empezaron a escuchar aplausos, cada vez con más emoción, dando fin a esta jornada, felicitándose y apoyándose entre los trabajadores y participantes. Otra edición de la Feria del Libro había culminado exitosamente.
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